sábado, 28 de febrero de 2009
“Hit: Historias De Canciones Que Hicieron Historia”
Vi la película “Hit: Historias De Canciones Que Hicieron Historia”, y que quieren que les diga,”ta buena”, pero se olvidaron de muchas canciones pero obviamente voy a hablar de la parte que a mi me compete; voy a hablar de un grupo uruguayo que a mediados de los 60’s triunfo, afuera claro, porque nadie es profeta en su tierra, porque la calidad musical de ese grupo era tal que se tuvieron que ir si querían llegar a ser algo importante.
Los bautizaron en la argentina en 1964 como “Los iracundos”, para nosotros eran “Los blue kings”. Eduardo franco Dasilva Zannier (franco), Leonardo Dasilva Zannier (Leoni), Juan Zábalo (Bosco), Jesús María Febrero (Febro), Juan Carlos Velázquez (Juano), Hugo Burgueño (Burgues) grabaron solo dos temas en el Uruguay en 1963 bajo el nombre de “Los blue kings”, “Reten la noche” y “Vamos a bailar madison”, después cruzaron el charco…
El 24 de febrero de 1964 graban uno de los temas que integrarían el primer disco, “Despierta Lorenzo” (de la autoría de franco), mas tarde, el 7 de abril, graban otro tema de la autoría de Eduardo, “Iracundos”. Aquí la historia recién comienza, en 1965, el 31 de marzo graban otro de su larga fila de éxitos, “Calla”, y de ahí en más en cada disco que editaban había un éxito.
“Tu me diste amor, tu me diste fe”, “el desengaño”, “la juventud”, “felicidad felicidad”, “la bambola”, “el triunfador”, “la lluvia termino”, “chiquilina”, “mamarracho”, son solo algunos de los títulos que fueron “hits”, pero… a mi parecer hubo dos “hits” en la extensa trayectoria de Los iracundos que los marcaron para siempre, uno indudablemente fue el tema “Puerto Montt”, pero ya un par de años antes el grupo había realizado un gran trabajo, la grabación en Italia del disco “Iracundos en Roma”, se dice que el principal por aquel entonces de la disquera RCA en Argentina decidió llevar al grupo a Roma porque la tecnología en Bs. As. era insuficiente para grabar ese trabajo.
Por todo esto y por mucho mas creo que Los iracundos se merecían un segmento de ”Hit: Historias De Canciones Que Hicieron Historia”
Nota al pie: recordar que a pesar de haber escrito y cantado la canción “Puerto Montt”, Eduardo ni ningún otro integrante del grupo conocían la ciudad.
“Es difícil resumir tantos años de historia en tan pocas palabras, perdón si omití algún detalle” Atte. : Pablo Villaverde, Salto, Uruguay.
Severn Suzuki : La niña que en 1992 silencio al mundo por 6 minutos
Severn Cullis-Suzuki (30.11.1979, Vancouver, Canadá): bióloga, ecóloga y activista ambiental. Sus padres fueron David Suzuki, un conocido científico genetista y también activista por el medio ambiente, y la escritora Tara Elizabeth Cullis. Severn ha hablado en todo el mundo sobre problemas de medio ambiente, instando a definir valores y a actuar respetando el futuro, y afianzando la responsabilidad individual.
Biografía
Severn Cullis-Suzuki nació y se crió en Vancouver, Canadá. A los nueve años (mientras asistía a la escuela primaria) fundó la Organización Infantil del Medio Ambiente (Environmental Children's Organization - ECO), un grupo de niños dedicados a enseñar a otros jóvenes diversos temas sobre medio ambiente. En 1992, a la edad de 12 años, Suzuki-Cullis recaudó dinero con los miembros de la ECO para asistir a la Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo "The Earth Summit", celebrada por la ONU en Río de Janeiro. Junto con los miembros del grupo (Michelle Quigg, Vanessa Suttie y Morgan Geisler), Cullis-Suzuki presentó en dicha conferencia, ante los representantes de la ONU, un discurso conteniendo cuestiones ambientales desde la perspectiva de los jóvenes, donde luego de su lectura por ella misma fue aplaudida. En 1993 fue reconocida en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente “Global 500 Roll of Honour”. En 1993, Doubleday publicó su libro Decirle al mundo, 32 páginas de medidas ambientales para las familias. En 2002 se graduó de la Universidad de Yale con una Licenciatura en Ecología y Biología Evolutiva. En 2004 se inscribió en un curso de postgrado en la Universidad de Victoria para estudiar Etnobotánica con Nancy Turner.
El Discurso
Hola, soy Severn Suzuki y represento a ECO (Environmental Children's Organization). Somos un grupo de niños de 12 y 13 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo. Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco mil millas para decirles a ustedes, adultos, que deben cambiar su forma de actuar. Al venir aquí hoy, no tengo una agenda secreta. Lucho por mi futuro.
Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores. Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir. No podemos soportar no ser oídos.
Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono. Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él. Solía ir a pescar en Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos años encontramos un pez con cáncer. Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, desvaneciéndose para siempre.
Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletas de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.
¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?
Todo esto ocurre ante nuestros ojos y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Soy sólo una niña y no tengo soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen.
No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos.
Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de romperlo.
Aquí, deben ser delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad ustedes son madres y padres, hermanos y hermanas, tías y tíos, y todos son hijos.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco billones de miembros, treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.
En mi rabia no estoy ciega, y en mi miedo no estoy asustada de decir al mundo como me siento.
En mi país derrochamos tanto… Compramos y desechamos, compramos y desechamos, y aún así los países del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos.
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión.
Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de ellos nos dijo: “Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropas, medicinas, hogares y amor y afecto”.
Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué somos nosotros, que lo tenemos todo, tan codiciosos?
No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda. Yo podría ser uno de esos niños que viven en las favellas de Río; podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalía; un niño víctima de la guerra en Oriente Medio o mendigo en India.
Aún soy sólo una niña y sé que si todo el dinero gastado en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, la Tierra sería un lugar maravilloso.
En la escuela, incluso en el jardín de infantes, nos enseñan a comportarnos en el mundo. Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y no ser codiciosos.
¿Entonces por qué salen fuera y se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?
No olviden por qué asisten a estas conferencias, lo hacen porque nosotros somos sus hijos. Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: “todo va a salir bien”, “esto no es el fin del mundo” y “lo estamos haciendo lo mejor que podemos”.
Pero no creo que puedan decirnos eso más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: “Eres lo que haces, no lo que dices”.
Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. Los desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras. Gracias.
martes, 24 de febrero de 2009
NO QUIERO MOLESTAR A NADIE
Mi nombre es pablo, tengo 26 años, mi primer “recuerdo musical” es el tema “me voy o me quedo”, del lp 1986 de Los Iracundos, cuando apenas tenia 6 años; recuerdo escucharlo en la cw 31 RADIO SALTO, de Salto, Uruguay…
Hace 10 años, y por vueltas que da el destino me vi frente a un micrófono expresando mis ideas, mis sentimientos, con música…
Los linces, Trocha angosta, Pintura fresca, Pomada, Doménico Modugno, Pagliaro, Los náufragos, Tormenta…y tanto otros (todos buenos).
Es por esa época dos personas, dos de mis mejores amigos (Claudio Barrios y Carlos Llemes) me hablaron de un grupo; ¿a que no saben cual?, si, ellos volvían a mi después de tanto tiempo… así nació ese segmento que los miércoles de madrugada transportaba a la audiencia al pasado por una hora, y recordaban historias, y lo mas importante, las compartían conmigo, un niño que no vivió esa edad de oro, que nunca pudo ni podrá estrechar la mano de Eduardo.
Cada vez que me compraba un disco, lo único que quería hacer antes de escucharlo a solas, era compartirlo con toda esa gente que me acompañaba noche a noche. Aun hoy quiero hacerlo, solo que no puedo; algún día se podrá…
No se si me entienden…
No me crean el malo de la película…
Hay gente que quiere más y más para si mismo.
Tener para si (escucharlo en privado), pero, ¿eso que sentido tiene?
La verdadera riqueza es la que se comparte (o al menos así pienso yo).
Lo que yo tengo quiero que todos lo tengan, por mas raro, difícil o caro que me haya sido conseguirlo.
Lo que yo tengo quiero compartirlo.
A aquellos que quieren seguir coleccionando, intercambiando y comercializando la música de Los Iracundos que lo hagan…
Lo que yo tengo quiero compartirlo.
Atte. : Pablo, http://www.discosretro.blogspot.com
lunes, 2 de febrero de 2009
20 AÑOS SIN EDUARDO FRANCO
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